Una pelota de basketball en mis manos, puede ser algo divertido. Pero en las manos de Michael Jordan, es un juego maravilloso.
Todo depende de quién son las manos.
Una paleta y unos pinceles en mis manos, serían algo curioso. Pero en las manos de Miguel Ángel, sin duda serían una obra de arte.
Todo depende de quién son las manos.
Un lápiz en mis manos puede servir para poner mi nombre. Pero en las manos de William Shakespeare sirve para relatar y crear historias.
Todo depende de quién son las manos.
Una vara en mis manos podrá ahuyentar a un perro hambriento. Pero en las manos de Moisés, hizo que las aguas del mar se abrieran.
Todo depende de quién son las manos.
Una onda en mis manos sería tan sólo un juguete. Pero en las manos de David fueron un arma mortal.
Todo depende de quién son las manos.
Dos peces y cinco trozos de pan en mis manos, son un almuerzo para dos. Pero en las manos de Jesús, fueron el alimento de toda una multitud.
Todo depende de quién son las manos.
Unos clavos tomados en mis manos quizás podrían servir para construir una silla. Pero clavados en las manos de Jesús trajeron la salvación al mundo entero.
Todo depende de quién son las manos.
Manos hay muchas, pero las de Dios, son las únicas manos en la que podrás confiar y descansar con toda garantía. Vale la pena hacerlo.
“Si tu vida está en Sus manos, puedes estar tranquilo, porque estás en las mejores manos en las que se puede estar”
13-02-2010 | 35775 lecturas