En una oportunidad hablando con una persona, me dijo que era agnóstico, ya que no podía creer en aquellas cosas que no se ven, a lo cual le respondí con otra pregunta, entonces tampoco crees que el aire existe, no se ve, no tiene formas, no se puede tocar.
En hebreos 11:1 “Confiar en Dios es estar totalmente seguro de que uno va a recibir lo que espera. Es estar convencido de que algo existe, aun cuando no se pueda ver.”
Cuando nacemos, Dios nos hace el regalo más preciado, “la vida”, pero también tiene un propósito con cada uno de nosotros, que se nos revelara con el paso del tiempo. En el colegio vamos descubriendo nuestra vocación, la cual en oración debemos tratar de confirmar, si eso es lo que Dios quiere para nosotros.
A medida que vamos creciendo iremos teniendo infinidades de pruebas, estas dificultades harán que nuestra fe se vaya fortaleciendo, para el agrado de Dios.
A nadie nos gusta las dificultades, todos queremos llevar una vida llena de alegrías y sonrisas, pero cuando menos nos esperamos, una llamada telefónica nos destroza la vida. Muchas veces con el primero que nos enojamos es con Dios, porque la humanidad tiene la costumbre de pensar que las cosas malas solo le pasan a los demás, pero un día tocan la puerta de nuestra casa.
Debemos ser conscientes de que todo los que nos suceda sea bueno o lo que consideremos malo es para nuestro beneficio. San Pablo en Romanos 8:28, nos dice: “Sabemos que Dios va preparando todo para el bien de los que lo aman, es decir, de los que él ha llamado de acuerdo con su plan”.
Tengamos en cuenta que Dios, tiene todo bajo control y que nada nos sucederá sin su decisión. Él solamente quiere fortalecernos en nuestra Fe, porque llegará el día en el cual deberemos esperar con paciencia, frase esta que cualquier ser humano quisiera erradicar del diccionario de la vida.
Cuando lleguen los problemas y estén fuera de nuestro control debemos tener la suficiente fe y por sobre todo la esperanza, que, en el tiempo de Dios. Tal vez este transitando por un túnel muy oscuro, sin poder divisar una pequeña luz que te indique la salida, aunque te pongas furioso, espera con paciencia, ya que Dios no te va a dejar abandonado en la oscuridad del túnel y un día veraz la luz que te llevara a la salida de tu problema que estuviste esperando.
Por todo esto deja de llevar esa pesada mochila de dificultades y problemas, sácala de tu mente y déjala a los pies de Cristo, respira profundo y dile Señor, ya no me quedan fuerzas, no puedo más, quiero estar en paz, sabiendo que la fe y la esperanza de que todo se resolverá, en tus tiempos.
“Los jóvenes se cansan por más fuertes que sean, pero los que confían en Dios siempre tendrán nuevas fuerzas. Podrán volar como las águilas, podrán aminar sin cansarse y correr sin fatigarse”. Isaías 40:30-31
Recuerda que: “Éxito es el arte de continuar cuando otros deciden parar”
