Síguenos en las redes sociales  

Siervo o multitud

Una noche un siervo del Señor soñó que caminaba junto a una multitud de personas. Todas ellas estaban vestidas de color blanco y todos llevaban una cruz sobre sus hombros.

Él también estaba entre la multitud, pero era uno de los pocos que llevaba una cruz larga y pesada, a diferencia de los demás, que por el contrario llevaban cruces muy livianas y pequeñas. Verlos transitar por la vida, generaba una sensación de envidia, ya que se los veía caminar muy felices y sin preocupaciones. 

Agotado y sin fuerzas, le preguntó al Señor:

-¿Por qué sólo algunos de nosotros tenemos que llevar estas cruces tan pesadas? Mis piernas están cansadas y mis brazos agotados. Mis fuerzas se acaban.

El Señor le dijo:

-Debes llevar esa cruz, porque eso es exactamente lo que debes hacer.

 

Mientras tanto la mayoría de la multitud, caminaba tranquilamente y saltaban llenos de alegría, porque no les costaba nada llevar la cruz. 

Un día no pudo más y tratando de vivir más cómodamente, como casi todos, tomó una sierra y cortó un buen trozo de la cruz. Se sentía aliviado y feliz, porque ya no tenía que esforzarse tanto para llevarla y de esta manera podía caminar junto a los demás y disfrutar alegremente de la vida. Sintió un enorme alivio. 

Por fin un día llegaron a lo que parecía ser el final del camino. Ante ellos había un río muy caudaloso y al otro lado estaba el Señor, esperando que la multitud cruzara el río, para estar con ellos.

-¿Cómo haremos para cruzar ese río tan profundo, preguntó alguien?

El Señor respondió:

-Muy fácil, pongan su cruz, como puente y estarán conmigo para siempre.

Ellos examinaron y midieron sus cruces y se dieron cuenta que no servían para hacer de puente. 

Solo pudieron cruzar los que se animaron y soportaron llevar la pesada cruz hasta el final del camino.

El siervo no dijo nada, pero en ese momento supo que se había convertido en multitud.

 

«Si quieres ser siervo del Señor, deberás llevar tu cruz. Por pesada que sea, deberás llevarla hasta el fin, porque sólo así podrás cruzar el río y estar junto a Jesús.

Si por el contrario te conformas con ser multitud, sólo tendrás que llevar una crucecita colgada de tu cuello. Con ella no podrás cruzar ningún río, pero es un hermoso adorno»

 

 

Más para Leer

blog-thumb
pequeños

06-06-2019


blog-thumb
Yo quiero ser

27-07-2009


blog-thumb
Necesito un Abrazo

27-07-2009


Compártelo

Escríbenos

Déjanos un mensaje