El lugar más cruel, sarcástico, agresivo y en el que se produce un mayor índice de discriminación es, sin duda, en el colegio. Allí nadie se salva, todos encuentran algo que decir de los demás. Especialmente durante la adolescencia y sobre todo contra todos aquellos que son diferentes y no siguen la corriente ni ciertas propuestas, como fumar, beber alcohol, drogarse o tener comportamientos antisociales. Todos éstos son puntos que facilitan la discriminación. Pero la discriminación no es un asunto de actitud o de palabras e insultos.
A diario podemos ver en todo el mundo, muchos tipos de violencia, debidos al odio que generan las diferencias no asumidas o mal entendidas. Por ejemplo, hay violencia por diferencias en el orden:
• Social: el resentimiento de los pobres hacia los ricos o viceversa.
• Político: por defender distintas alternativas y concepciones.
• Religioso: el más evidente en estos días, entre judíos y palestinos.
• Racial: este tipo de discriminación se remonta a la antigüedad, al tiempo de la esclavitud cuando se trataba a la gente de raza negra, como si fueran animales de carga y no se les daba la oportunidad de crecer como personas ni de recibir ningún tipo de educación.
• Deportivo: ¿Cuánta violencia genera el fanatismo en el deporte?
Como podemos observar la discriminación no solo es un problema de la actualidad, el hombre siempre se las ingenió para despreciar al otro. Estas diferencias, han sido las responsables de problemas, discusiones, violencia y, en muchas ocasiones, han generado incluso guerras.
«Si somos honestos debemos admitir que yo soy un tú, como tú y tú eres un yo, como yo. Por dentro, no somos tan distintos»