Sólo cuando estás bien contigo mismo puedes estar bien con los demás.
Sólo cuando aprendes a vivir en soledad puedes vivir una relación.
Necesitas valorarte para valorar, quererte para querer, respetarte para respetar, y aceptarte para aceptar, ya que nadie puede dar lo que no tiene dentro de sí.
Ninguna relación te dará la paz que tú no tengas en tu interior.
Ninguna relación te brindará la felicidad que tú no construyas.
Sólo podrás ser feliz con otra persona cuando seas capaz de decirle: No te necesito para ser feliz.
Sólo podemos amar y recibir amor, si somos personas autónomas que no necesitan manipular ni controlar a los demás para sentir que aman o son amadas.
Sólo se puede ser feliz cuando dos personas felices se unen para compartir su felicidad, no para intentar hacerse felices la una a la otra.
Para amar necesitas una humilde autosuficiencia, necesitas autoestima y la práctica de una libertad responsable.
Pretender que otra persona nos haga felices y llene todas nuestras expectativas es una fantasía que sólo trae frustraciones. Por eso, ámate mucho, madura, y el día que puedas decirle a la otra persona: Puedo vivir sin ti y ser feliz, ese día estarás preparado para compartir tu vida con ella.