Dices que… Yo soy el camino y no me buscas… Yo soy la verdad y no me crees… Yo soy la vida y no me disfrutas… Soy tu redentor y se te olvida… Soy tu salvador y me rechazas… Soy misericordioso y siempre abusas… Soy tu guía y no me sigues… Soy justo y desconfías… Soy amor y me persigues… Soy la luz y no me miras… Soy tu Dios y no me temes.
Me llamas: «Maestro» y nunca aprendes… Me llamas: «Bueno» y no me estimas… Me llamas: «Santo» y no me imitas… Me llamas: «Pastor» y no me oyes… Me llamas: «Señor» y no me obedeces… Me llamas: «Rey» y te burlas… Me llamas: «Eterno» y no me esperas… Me llamas: «Amigo» y me traicionas… Me llamas: «Dulce» y te repugno… Me llamas: «Todopoderoso» y no me pides ayuda. |
Te di memoria y te olvidas de que existo… Te di inteligencia y no me comprendes… Te perdono y más me ofendes… Te espero y nunca llegas… Te ayudo y me criticas… Te cuido y no me agradeces… Te busco y tú te escondes… Te hablo y no me escuchas… Te doy mucho y me exiges más.
Te hago fuerte y te enorgulleces… Te hago poderoso y te esclavizas… Te hago rico y te corrompes… Te hago pobre y me maldices… Te hago sabio y me cuestionas… Te hago importante y me desprecias… Te hago santo y te envileces… Te hago mi hijo y no me honras… Tuya es mi gloria y no la quieres.
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Si eres desdichado no me culpes, porque he venido para darte todo lo que necesitas y en abundancia…
Dime hijo mío, ¿Qué más quieres que haga por ti…?