Cierto día un grupo de agujas se hallaban discutiendo sobre cuáles de ellas serían las más importantes en la vida de los hombres.
-Nuestro trabajo es muy significativo dijeron las agujas de tejer; toda prenda de lana tiene que pasar por nosotras, representamos el abrigo ¿Les parece poco? ¿Se imaginan lo que sería de los seres humanos en las zonas frías sin el calorcito que brindan nuestras prendas de lana? Desde los gatos que juegan con el ovillo de la abuela, hasta los obreros textiles nos apoyan. Nosotras, las agujas de tejer, somos las de mayor utilidad.
Pero una aguja muy pequeña se manifestó diciendo: -No se halaguen, porque nosotras, las agujas de coser tenemos una función determinante. Todo el mundo sabe que aunque ustedes tejan la lana, las partes tejidas deben ser unidas en una costura por nosotras.
-¡Basta de frivolidades señoras! Dijeron dos agujas una grande y otra más pequeña.
-¿Y quiénes son ustedes? Preguntaron las de tejer y coser.
-Nosotras somos las agujas del reloj, las que vamos marcando el tiempo en la vida de los hombres, somos las representantes del orden y la responsabilidad; por nosotras el mundo sabe cuándo deben hacerse las mil tareas desde que la gente se levanta hasta que vuelven a la cama, y aún en la noche marcamos el horario para los que trasnochan y los que no pueden dormir. ¡Imagínense un mundo sin horarios!
Entonces otra aguja muy distinta a las anteriores tomó la palabra y replicó: -Yo soy la aguja que realmente importa para los hombres, porque mi vida está relacionada con el comercio y el dinero. Yo soy la aguja de la balanza. Desde el almacén del barrio hasta la báscula del puerto, en todo lugar yo marco el peso justo de los millones de productos que se comercian en el mundo ¿Pueden imaginarse el desorden comercial que habría sin mi trabajo?
Un grupo como de doscientas agujas se hizo presente en la reunión y reclamaron la palabra, una de color fosforescente encargada de hablar dijo: -Somos las agujas de los muchos instrumentos de un avión ¿Son conscientes todas ustedes de nuestra importancia? La verdad es que no nos podemos imaginar un mundo moderno sin aviones, sin automóviles y sin toda clase de medios de transporte.
-Muy bien señoras, dijo una aguja que se hallaba en la punta de una jeringa, esta conversación ha llegado a su fin; porque si hay una aguja que realmente importa soy yo, «la aguja de dar inyecciones»
Yo represento la salud, a través de mí se pueden derrotar las enfermedades e inyectar las vitaminas más efectivas. Claro que los niños y muchos hombres me tienen terror, pero a la larga o a la corta una simpática enfermera los convence de que una inyección en la vida no mata a nadie y sin embargo puede sanar una infección.
Hubo un murmullo en el recinto y luego surgió una voz con cierta indignación:
-Vergüenza debieras tener de presentarte en esta reunión… tú eres una aguja despreciable.
-¿Pero… por qué? Preguntó la aguja de la inyección.
-Porque tienes una doble personalidad, ya que puedes ser instrumento para sanar a un enfermo, pero también te prestas para corromper a toda una generación de jóvenes con las drogas. Y todas las demás agujas dijeron a una voz: -¡Sea expulsada de esta reunión! Hubo un alboroto muy grande y las agujas empezaron a pelearse. Cada aguja se defendía como podía, pero fue una pelea muy dura.
Antes que la cosa se desbordara una aguja, muy pequeña, clamó para que la escucharan porque tenía algo muy importante que decir; argumentó que no había hablado antes porque era la más pequeña de todas.
-¿Y quién eres tú? Preguntaron las demás.
-Yo soy la aguja que se perdió en el pajar.
-¿Y a nosotras qué nos importa?, fue la respuesta.
-Bueno, a ustedes puede que no les importe, pero para todo ser humano, tengo un mensaje, yo represento el desafío de hallar lo que se ha perdido, la búsqueda de aquellas cosas difíciles de encontrar. Después de todo, ¿Qué sería la vida de los hombres sin la búsqueda continua de un mañana mejor? Porque se puede vivir pasando frío sin el abrigo, así viven los pobres; se puede vivir sin horarios, así lo hacen los desordenados; se puede vivir sin el peso exacto, de hecho así los hacen muchos, numerosos comerciantes tienen la balanza a su favor; y en cuanto a la salud yo le digo a la aguja de dar inyecciones que muchísimas personas tienen enfermedades durante toda su vida y sin embargo viven más que muchas que están sanas. Pero sepan señoras mías que no es posible vivir sin la esperanza de un mañana mejor y yo, la aguja que se perdió en el pajar represento esa búsqueda. Yo represento la esperanza de buscar y hallar.
Porque así lo dijo Jesús: «Pidan a Dios, y él les dará. Hablen con Dios, y encontrarán lo que buscan. Llámenlo, y él los atenderá»Mateo 7:7
«Ya sé que es muy difícil encontrar una aguja en un pajar, no todo el mundo lo consigue, pero les puedo asegurar que encontrar a Jesús es mucho más fácil, simplemente Él está a la puerta de tu corazón, esperando que le abras y lo recibas»