Siempre acompañado por el viejo bullying y la misma violencia...
Desde el principio de la humanidad, podemos observar que el alma y el espíritu del ser humano padece de una enfermedad que con los años se fue transformando en una pandemia.
Podríamos identificarlo como un virus, cuyos componentes afecta a cada uno de nosotros y se transforman en: celos, resentimientos, indiferencia, intolerancia, rechazo, y los más peligrosos, la envidia y el odio.
Dios creó a Adán y Eva, estos tuvieron dos hijos Abel y Caín, podemos ver en Génesis, Capitulo 4, que estos llevaban una vida bastante común y ordenada, hasta que un día Caín comenzó a sentir celos, envidia, resentimientos lo que lo llevo a odiarlo de tal manera que lo asesinó.
Desde ese entonces, han pasado miles de años sin que nadie haya podido sanar esta grave enfermedad, por el contrario la situación es mucho peor, ya que no solo existe violencia en los colegios, sino también en el hogar y en la sociedad.
Creo que aplicando una sencilla técnica podríamos evitar tragedias innecesarias. En esta historia esta el antídoto, para sanar esta cruel enfermedad que esta afectando a toda la humanidad.
El circulo del odio,
El dueño de una empresa le gritó a su administrador, porque había realizado mal un trabajo y además estaba muy nervioso.
El administrador llegó a su casa y le gritó a su esposa, acusándola de gastar demasiado, al verla con un vestido nuevo.
La esposa le gritó a la empleada porque había roto un plato.
La empleada le dio un puntapié al perro, porque la hizo tropezar.
El perro salió corriendo y mordió a una señora que pasaba por la calle, porque le molestaba su presencia.
Esa señora fue al hospital para que le curaran las heridas y le gritó al médico porque al curarla le hizo daño.
El médico llegó a su casa y le gritó a su madre, porque la comida no estaba en su punto. La madre le acarició los cabellos y le dijo: Hijo, mañana te haré tu comida favorita. Tú trabajas mucho, estás cansado y necesitas de una buena noche de sueño. Voy a cambiar las sábanas de tu cama por otras bien limpias y perfumadas, para que descanses profundamente y mañana te sentirás mejor. Luego lo bendijo y salió de la habitación, dejándolo descansar.
En ese momento, se interrumpió el Círculo del odio, porque chocó con la Paciencia, el Perdón y el Amor.
Tres palabras que pueden cambiar y transformar a la humanidad, tres palabras, que pueden salvarte de pasar toda una vida en la cárcel, tres palabras que pueden evitar el sufrimiento, el dolor y lo mas doloroso e irreparable... la muerte.
Tal vez pienses que esto es muy difícil de poner en práctica, si tal vez, pero no imposible. Si no puedes lograrlo humanamente, recuerda que puedes recurrir a Dios, El te ayudará que en tu vida haya plenitud de Paciencia, Perdón y Amor.